El carbón activo, o activado, es uno de los purificantes más usados en la farmacéutica, en filtros de agua, o para quitar los malos olores. De hecho, se hace cada vez más común en jabones y cremas dentales comerciales. Hoy en día, está disponible para todos  y podemos aprovechar sus beneficios en casa, de una manera cómoda y efectiva.

El carbón activado es un sustrato neutro, altamente puro y poroso, gracias a que, para obtenerlo, se hace un quemado especial ―sin oxígeno― del carbón de árboles, coco o bambú. Esto significa que tiene una alta capacidad de atrapar, en su superficie, metales pesados, gases, agua y toxinas, lo que puede ser de mucha asistencia para nosotros, sabiéndolo aplicar correctamente.

Si sufres de daño estomacal

Gracias a su capacidad de atrapar y eliminar toxinas, microorganismos y sustancias nocivas para el organismo es perfecto para ayudar con:

Gases: tomar hasta 1 gramo al día, media hora después de comer, en un poco de agua tibia.

Diarrea: tomar hasta 20 gramos al día, en pequeñas dosis cada 2 – 4 horas en un poco de agua tibia.

Intoxicación, sobredosis de medicamentos o consumo de productos tóxicos: En casos graves, lo ideal sería contar con un acompañamiento médico. Se recomienda tomar hasta 40 gramos al día en dosis de 2 gramos cada 1-2 horas en un poco de agua tibia.

*Precauciones: No ingerir carbón activado por más de 2 días seguidos. Debes considerar también que ingerirlo puede impedir la absorción de nutrientes o de medicamentos necesarios, es mejor ingerirlo dos horas después de cualquier medicamento.

*Algunos efectos secundarios de la ingesta de carbón activado pueden ser: estreñimiento, heces de color negro o deshidratación.

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